Alimentación saludable NO Dieta
Comenzar una dieta representa -en su mayoría- monotonía en sus preparaciones, lo que ocasiona que el interés en continuarla disminuya hasta que termines abandonándola. Si adoptamos la alimentación saludable como constante de nuestros días, los regímenes de alimentos no serán necesarios.
Para que una dieta sea exitosa tiene que formar parte de tu estilo de vida y aunque no veas el resultado inmediato bajarás de peso gradualmente. ¿Y lo mejor? Te mantendrá en buenas condiciones físicas.
No cuentes las calorías
La obsesión por contar las calorías está por doquier, pero esto no es necesario. Lo ideal es encontrar una forma de quemarlas. Hazte una rutina de ejercicios que puedas realizar diariamente, ya sea caminar, salir a correr, ir a clases de baile, natación y complementa con una buena alimentación.
Cuida lo que comes para tener una alimentación saludable
Evita el consumo excesivo de azúcar. Disminuye la cantidad de refrescos y bebidas energéticas. Consume moderadamente los alimentos fritos, procesados, con mantequilla o margarina.
Consume más frutas y verduras, estos alimentos tienen menos calorías que los preparados y son más sencillas de digerir. Al incluirlas en tu comida, te sentirás lleno más rápido y estarás dándole a tu cuerpo vitaminas de primera mano.
Mide las cantidades
El equilibrio en el plato es esencial. Te recomendamos las siguientes medidas:
– Porción de carne: máximo del tamaño de la palma de tu mano, sin los dedos. Se puede sustituir por otros alimentos ricos en proteínas como tofu, garbanzos, etc.
– Porción de carbohidratos, pan, pasta, arroz, etc. Debe ser lo equivalente a 1 o máximo 2 puñados.
– Porción de frutas o verduras: lo equivalente a 3 puñados o hasta que te sientas satisfecho.
Recuerda: Una buena dieta controla el consumo de alimentos y bebidas solo así podrás perder y mantener tu peso. Tener una alimentación saludable forma parte de nuestro bienestar. ¡Comienza a cuidar tu salud hoy mismo!
Para empezar a llevar una alimentación saludable, te animo a planificar tus menús, por ejemplo con un planificador de nevera y que controles tu peso semanalmente